El 18 de diciembre de 2010, a Mary Tere le removieron las anginas y las adenoides. Todo lo que nos llevó a tomar esa decisión, lo pueden leer en la entrada correspondiente, pues ahora me voya enfocar en hacer un recuento de lo que ha ocurrido en el año que está a punto de cumplirse.
Desde el día mismo de la cirugía, Mary Tere respiró mucho mejor, y a la fecha lo sigue haciendo. Su ronquido -que muchos de ustedes escucharon y, estoy seguro, disimularon la angustia- ha desaparecido por completo. De hecho, hemos tenido que comprar un nuevo monitor con imagen (el anterior era solamente de sonido), para saber cuándo Mary Tere está despierta en su cama, pues el sistema anterior -cuando dejaba de roncar significaba que había despertado- ya no funciona, afortunadamente... Su calidad de sueño tuvo una mejoría no sólo enorme, sino que también inmediata.
Como una segunda e importantísima consecuencia, Mary Tere ha dejado de tener las constantes y graves infecciones de las vías respiratorias que con mucha frecuencia la llevaban al hospital, o en el mejor de los casos, nos obligaban a darle muchos, pero muchos antibióticos. En el año que ha pasado, Mary Tere ha tenido tal vez dos resfriados, que no nos han quitado el sueño.
Tercero: Mary Tere ya no tiene el gravísimo problema de bajo peso que tuvo hasta hace un año, y que la tuvo al borde de requerir otra cirugía (Gastrostomía) para alimentarla mediante una sonda a través de la pared abdominal (importante mencionar que ya dos médicos la recomendaban con urgencia). Desde luego que Mary Tere sigue siendo una niña más bien flaca y todos los días seguimos batallando con ese asunto, pero ya no es, ni de lejos, algo alarmante.
La calidad de vida de Mary Tere ha mejorado de forma sustancial a partir de la operación. Sólo pensar en cómo estaría al día de hoy si no lo hubieramos hecho, me aterra. En un año volveré a escribir al respecto.
Saludos a todos.
Papá de Mary Tere.